miércoles, 1 de diciembre de 2010

Humo en la cara

De nuevo, no saldré con cosas viejas, aún cuando se me han estado amontonando en la espalda, y hacen peso sobre mí, me obligan a encorbarme y aveces logran sacarme una carcajada, pero la mayoría del tiempo son una molestia.
El asunto es que hoy volví a tener una visión, bueno, ya serían seis en el mismo día, lo cual es un hito, antes no pasabamos de las cuatro. Pero no es eso lo que vine a contar.
Sucede que afuera el ocaso está muy resplandeciente y muy naranjo, y una de las nubes parece una mano extendiéndose hacia el sol para sujetarlo, pero eso no tiene nada que ver. Por que lo principal es que volvieron a mí las imagenes de esos chicos en la carretera de tierra, esos que aún pueden mantener una sonrisa verdaderamente sincera aún cuando nunca antes en sus vidas habían estado tan aterrados, y ambos son concientes de la maldición con la que cargan, pero eso no es motivo suficiente para hacer mermar el amor que se tienen mutuamente. Y entonces siguen caminando, ella está más cansada que él, y se dan cuenta de que hace más calor que hasta hace unas pocas horas, que los arboles del bosque están cada vez más viejos, y que el camino dejó de ser de tierra gris y ahora solo son trozos de roca flotante, más adelante hay un acantilado pero hay un puente hecho de ovalos de hielo del tamaño de un plato de comida. Cuando van a cruzar, se levanta la neblina y llueven hojas de papel manchado, se ven borrones y ambos chicos se sujetan de las manos para apresurarse y cruzar el puente, por que más adelante hay un portón de hierro, un portón en verdad viejo, y la noche está por caer. Pero la neblina se había impregnado de sus ropas, y ahora colgaban de estas como pequeños trozos largos, blancos y semitransparentes.
El portón se cierra y ese lado parece un poco más amable que el acantilado, hay mariposas de colores volando por todas partes y algunas sillas viejas repartidas en lo que parece el jardín trasero de una mansión abandonada. Pero ahí hay alguien más, los observa desde unos metros en la lejanía, y se está riendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario