sábado, 23 de noviembre de 2013

¿Qué es esto?

Muchas veces en su vida pensó en lo particular que resultaba ser su propia existencia.
Un hombre con dos almas.
Un chico con dos mentes.
Dos mentes en el cuerpo de un muchacho tonto y confundido.
Casi veinte años viviendo, respirando de esa forma, cuando en un momento cualquiera, un momento insignificante pero a la vez uno de los momentos más importantes de su vida, se dio cuenta.
"¿Qué soy?"
En el espejo sus ojos heterocromáticos, brillantes gemas de color azul y dorado, lo observaron con consternación pura concentrada al 100%, cuando las ganas de llorar y destrozar todo hasta obtener respuestas hacían temblar sus manos y sus labios y sus piernas y entonces...

 -Alec. No llores.

 Los inexistentes brazos de Xei rodearon su cuerpo por detrás, sintió su nariz hundirse en la curva de su cuello y un gemido de su garganta murió cuando sus fantasmales manos se deshicieron de la única lágrima que rodó por su mejilla. En el reflejo del espejo Xei le devolvía una mirada firme pero inentendible, con esos ojos del mismo color que los suyos pero intercambiados de lugar. Pero esas palabras hicieron un nuevo eco, un fuerte martillazo directo a sus temores.

 -¡Deja de esconder tras tu espalda al monstruo, Vincent! ¡Deja de proteger al fenómeno!

 El espejo se convirtió en mil fragmentos al impacto de su puño, y la sangre fluyó con injusta rapidez en el lavamanos del baño.
Alec, de pie, solo frente a su imagen dolida y multiplicada por cien, dejó escapar un quejido de dolor y se fue.
 Había cosas por hacer.