Bien, primero tengo que admitir que no las controlo.
Solo están ahí, resonando de vez en cuando, en los momentos que menos deberían y cuando no son necesarios.
Dicen cosas muy curiosas, cosas que no tienen que ver mucho conmigo y a la vez tienen TODO que ver conmigo.
El problema es que son muchas, con tantas diferencias como estrellas en el cielo, o peor aún, como autos en la calle.
Y yo, al menos, las escucho a todas, y a la vez no las escucho.
Got it memorized?
domingo, 6 de marzo de 2011
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